1. "Hay que desayunar pasta el día de la competición o de la marcha cicloturista".
No es necesario, con pan, cereales y fruta (o zumo) ya se aportan los hidratos de carbono necesarios para pedalear con energía.
2. "Al principio de la temporada hay que ir siempre con mucha cadencia y con el plato pequeño".
Esto no tiene ninguna justificación. Se debe entrenar en función de la intensidad que nos marquemos con el pulsómetro o con el medidor de potencia y no en función del desarrollo que llevemos en la bici.
3. "Adelgazar supone una pérdida de fuerza en las subidas".
Esta afirmación no es cierta, ya que los ciclistas alcanzan su pico de forma cuando más delgados están. Si se sigue una alimentación adecuada y se hacen entrenamientos intensos no se produce ninguna pérdida de fuerza.
4 "Para no quedarse descolgado en los repechos hay que trabajar la fuerza en el gimnasio".
Al revés, hay que entrenar la fuerza sobre la bici, es decir, de forma específica. Esto se consigue haciendo entrenamientos intensos en subida. Se debe recordar que el ciclismo es un deporte de resistencia, no de fuerza.
5. "Correr es malo para el ciclismo".
No es cierto, y de hecho es un buen complemento para el ciclista en las épocas en las que se entrena menos en bici. Puede ser una forma de mantener la forma cuando no se pueda coger la bici. Solo habrá que tener cuidado en ser muy progresivos con la intensidad y la duración de los entrenamientos en carrera.
6. "Para mejorar la fuerza en la bici se deben hacer subidas largas con mucho desarrollo".
Esto no es cierto. No se mejora la fuerza, ya que la contracción muscular no es suficientemente intensa como para provocar adaptaciones en este sentido. Es mucho más eficaz hacer arrancadas, es decir, esfuerzos mucho más intensos y breves: 10-20 segundos a tope. Aparte, pedalear a bajas cadencias supone incrementar el riesgo de lesionarnos.
7. "Cuanta más cadencia mejor".
Algunos ciclistas imitando a profesionales como Froome, Contador o Armstrong se entrenan a unas cadencias muy elevadas con la creencia de que es mejor para su rendimiento. No es así, ya que la cadencia óptima se incrementa a medida que aumenta la potencia a la que se pedalea. Por este motivo, los profesionales llevan cadencias más elevadas que los ciclistas recreativos. Además, varios estudios han certificado que normalmente la cadencia libremente elegida por cada ciclista resulta ser la más eficiente desde el punto de vista energético.
Yago Alcalde, autor del libro "Ciclismo y Rendimiento", nos ha enviado estas siete 'leyendas urbanas'.
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